El reconocido cineasta británico asegura que Batman Inicia y sus secuelas fueron realizadas en el momento adecuado, antes de que el subgénero de superhéroes se volviera tan exitoso.


Nolan, además de haber dado la espalda al subgénero de superhéroes después de dirigir su versión de Batman, admite que los personajes de cómics ahora son vistos por los estudios como grandes negocios, por lo que es normal que intervengan demasiado en las producciones y limiten la creatividad del cineasta en turno al ponerle fechas límite muy estrictas para las secuelas. En una reciente entrevista de Nolan con Clark Collis, escritor senior de Entertainment Weekly, acerca del libro The Nolan Variations, de Tom Shore, el cineasta dijo lo siguiente sobre el momento en que realizó Batman Inicia.


Era el momento adecuado para contar la historia que quería hacer. La historia del origen de Batman nunca se había abordado en la película o completamente en los cómics. No había nada en particular o exacto que tuviéramos que seguir. Hubo un vacío en la historia del cine. Superman tuvo una narración muy definitiva con Christopher Reeve y Richard Donner. La versión de eso con Batman nunca se había contado. Estábamos buscando esta narración de una figura extraordinaria en un mundo ordinario.


¿Por qué era el momento adecuado? Como se dijo antes, Batman Inicia comenzó su producción en 2004 y fue lanzada en 2005, tres años antes de que Iron Man diera inicio al Universo Cinematográfico de Marvel; en aquellos años las películas de superhéroes no eran sinónimo de éxito en taquilla, de hecho Batman Inicia tuvo una recaudación muy modesta a nivel mundial, de tan solo US$ 373 millones.


En 2008, el mismo año que llegó la primera entrega de Iron Man, también fue lanzada la secuela de Batman Inicia, Batman: El Caballero de La Noche, que superó las expectativas de todos y se convirtió en la primera cinta de superhéroes en superar los US$1000 millones a nivel global. No obstante, también dio pie a que el subgénero se convirtiera en una “máquina de comercio”, según las palabras del director:


La otra ventaja que teníamos era que en ese entonces podías tomar más tiempo entre las secuelas. Cuando hicimos Batman Inicia, no sabíamos que haríamos otra y nos tomó tres años hacerla y luego pasaron cuatro años antes de la siguiente. Tuvimos el lujo del tiempo. No se sentía como una máquina, un motor de comercio para el estudio. A medida que el género se vuelve tan exitoso, esas presiones se vuelven cada vez mayores. Era el momento adecuado.


La presión por las fechas en que deben llegar las secuelas es algo muy común, además de las ya conocidas “diferencias creativas” que provocan el despido constante de directores, pues sus visiones sobre lo que debe ser una película chocan con los intereses del estudio. Para fortuna de Nolan, tuvo la oportunidad de estar al frente de su trilogía con toda la confianza y libertad que pudo otorgarle Warner Bros., y siguen confiando en él como artista hasta hoy.

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